Hay algo de rebelde y subversivo en hacer grabados en el siglo XXI.
Rebelarse contra la dictadura mercantil del lienzo de copia única y multiplicar el arte. Rebelarse contra la unicidad de la obra y buscar variaciones de color, efectos sobre la plancha cambiante, retoques sobre el papel. Rebelión contra el mercado elitista y creación de arte accesible. Buscar un equilibrio confuso y complejo entre la devaluada digitalización de la imagen y su inmediatez y la obra única del mercado.
¡Vivan los grabadores rebeldes del siglo XXI!
GAP - 2019